lunes, 13 de junio de 2011

SOPLO DIVINO: Origen y formación de nuestro cuerpo

La energía vital, nuestro cuerpo, también llamado aliento cósmico, entra en nosotros como si fuéramos globos. El aliento cósmico sopla, nos infla y aparecemos nosotros.
Uno puede inflar dos mil millones de globos y ninguno es igual a otro, nunca. Jamás podrán inflar dos globos que queden iguales.
Y eso somos nosotros, llenos adentro de aliento cósmico.
La función es que, una vez que sopla el cosmos en el globo, se cierra arriba para que no se escape, queda flotando en ese ser que se cree que es el globo y ES el aliento cósmico. De hecho cuando el aliento se va, el globo queda. ¿Y a dónde se va el aliento? A soplar a otra parte. Y todo es soplo. El soplo divino en algo toma forma y le da creación. 


Cuando nosotros, por propia voluntad, desatamos el globo y sacamos ese aliento divino y lo unimos al todo, es cuando la persona trasciende el cuerpo. Pero el nudo que tiene arriba es la mente. 
Muchas veces esta todo listo para que todo suceda y nuestra mente no suelta. No suelta, para que el aliento vuelva.
Entonces ¿Qué pasa? se pincha, explota, se muere.
Igual, sale por otro lado porque tiene que volver.
Pero es mucho más bello, gozoso y trascendental que uno se libere sin que muera.

Lic. Leticia Bertotto

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